
El mensaje enumera "importantes iniciativas para fomentar el uso de las TIC entre nuestros compañeros" que los propios docentes han auspiciado: Aulablog, Planeta Educativo, la red social Internet en el Aula, El Tinglado.
En una de ellas, Internet en el Aula, debate un grupo muy activo llamado Reconocimiento oficial del trabajo con las TIC. "Quienes dedicamos tiempo a su aplicación en el aula (y, por tanto, cumplimos con lo que establece la ley al respecto) somos minoría en los claustros de secundaria", apunta su creador, Toni Solano, profesor de Lengua y Literatura en Castellón. "Somos una especie de friquis a los que nos perdonan rarezas como llevar un blog, perder 15 minutos de clase para montar la pizarra digital o conocer las novedades tecnológicas relacionadas con la educación", continúa.
Solano se lamenta: "Es triste reconocer que muchos profesores todavía no manejan siquiera un procesador de textos, pero peor aún es reconocer que, en muchos casos, quienes se han tomado la molestia de actualizarse se encuentran con que no va la impresora o el ordenador está estropeado o se ha colgado la conexión a Internet; en esos casos, los primeros son más felices que los segundos, y cobran igual".
"Hacen falta iniciativas que popularicen el uso cotidiano de las TIC en los centros: la extensión de la conexión a Internet por todos los espacios educativos, el uso de equipos móviles y portátiles por parte del profesorado, la difusión de buenas herramientas y buenas prácticas", tercia, en el mismo foro, Eduardo Larequi, catedrático de instituto y asesor en nuevas tecnologías del Departamento de Educación navarro.
Es necesaria una "alfabetización digital del profesorado", incide Solano. "En mi comunidad no se posibilita que los docentes hagan uso de las TIC porque carecemos de medios para hacerlo. Eso es más que una traba... Creo que no tiene nombre. Existe una desigualdad en las dotaciones de ordenadores, proyectores, pizarras digitales, administradores de Red, centros y horario de coordinadores TIC entre las distintas comunidades autónomas de un mismo país donde el alumnado tiene el mismo derecho fundamental a la educación viva donde viva", denuncia Alberto Armada desde Galicia.
ELPAÍS
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