Es una delicia comer jamón serrano, pero si es además de cerdo ibérico cuyo alimento narural ha sido la bellota y las hierbas y raices del campo, todavía es más delicia, vamos, pura ambrosía. En esta presentación veremos como se debe cortar para que se nos deshaga en la boca y exploremos la faceta más sabrosa de nuestra chacinería patria.
Todas las opiniones son cuestionables. ¿Quién será el que las cuestione?
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