El Test de Raven fue creado por John C. Raven en 1938 para evaluar a oficiales militares de EEUU.
Consiste en encontrar la pieza faltante en una serie de figuras que se van enseñando.
Se debe analizar la serie que se le presenta y siguiendo la secuencia horizontal y vertical, escoger uno de las seis u ocho piezas sugeridas, la que encaje perfectamente en ambos sentidos, tanto en el horizontal como en el vertical.
Aunque no hay límite de tiempo se tarda aproximadamente 60 minutos en hacerlo.
El Test de Raven se utiliza para medir la capacidad intelectual, comparando formas y razonando por analogías, independientemente de los conocimientos adquiridos, por lo que brinda información sobre la capacidad y claridad de pensamiento del examinado para la actividad intelectual.
Esta prueba obliga a poner en marcha el razonamiento analógico, la percepción y la capacidad de abstracción.
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