Parece ser que poseen casi 300 expresiones faciales para comunicar su estado de ánimo y necesidades, aparte de los característicos maullidos, ronroneos y movimientos de cola.
Los gatos han coexistido con los seres humanos durante aproximadamente 10 mil años. Una estimación de la Red Mundial de Ecología calcula que en la actualidad hay entre 600 y 1,000 millones de gatos. A pesar de su impacto cultural y proliferación mundial, los comportamientos felinos todavía son un misterio en constante investigación.
El objetivo del trabajo realizado por estas psicólogas era estudiar los movimientos de los músculos faciales asociados a interacciones pacíficas. Comentan que la actual literatura sobre la conducta de los gatos se enfoca en las señales comunicativas violentas entre la especie y en las acciones comunicativas dirigidas a humanos. La convivencia tranquila entre gatos es en gran medida ignorada.
Descubrieron 276 expresiones faciales distintas en la comunicación y cada una de ellas involucraba la combinación de cuatro de 26 movimientos faciales únicos. Las expresiones incluían labios entreabiertos, mandíbula caída, lamidas de nariz, posición de los bigotes, rotación de las orejas y hasta la dilatación de pupilas.
Del total de las expresiones faciales registradas, el 45% eran claramente amistosas, mientras que solo el 37% eran reconociblemente agresivas. El resto de las caras se consideraron ambiguas y se colocaron en una categoría neutral.
Scott y Florkiewicz, que así se llaman las psicólogas, determinaron que las expresiones amistosas de los gatos no eran tan diferentes de las expresiones humanas de bienvenida. Tampoco están tan alejadas de actitudes amigables de otros animales como perros y monos. En general, los gatos dirigen sus orejas y bigotes hacia sus compañeros cuando la interacción es amigable, mientras que apuntan al lado contrario cuando se encuentran con un rival. Las agresiones también son previsibles cuando las pupilas del felino se contraen y los labios se abren.
Las caras de los gatos registradas aún no tienen una traducción específica. Sin embargo, los resultados sugieren la existencia de un código de comunicación entre la especie del que los humanos no están plenamente conscientes.
La comunicación entre gatos a través de expresiones faciales aún se encuentra en estudio. No obstante, existen otras formas mediante las cuales estos animales se comunican. El movimiento de la cola, el erizado del pelo, las vocalizaciones como los maullidos y los ronroneos, los olores y el contacto visual son factores que contribuyen a comprender qué intenta decir un gato doméstico.
Jorge Garay en Wired.
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