Ya hemos leído, visto y oído las grandes ventajas que tiene ordenar nuestra casa, oficina o lugar de ocio.
Estos son unos pequeños ejemplos de ello, pero también del ahorro de espacio y de la paz que provoca en nuestra mente la visión de un orden controlado, la tranquilidad que proporciona al espíritu el saber dónde están las cosas y su fácil acceso.
Aún así, las mentes más díscolas suelen tener una clara tendencia a amontonar y, parece mentira, a encontrar lo que se busca en ese maremágnum.
¿Somos ordenados-as? ¿Somos caóticos-as?
No voy a decir lo que soy porque el título del blog...
Disfrutad de los ejemplos y coged buenas ideas.







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