Ahora vamos a empezar a meditar siguiendo estos pasos:
1.- Seguir nuestra respiración natural. Esto es lo básico para meditar. La respiración no debe ser forzada, debe ser la natural. Elige un punto sobre el ombligo y siente cómo crece y se encoge cuando respiras.
2.- Despejar la mente. A la cabeza nos vendrán 100 ideas, pero las dejamos pasar todas sin seguirlas. Esto suele ser difícil al principio pues nuestros quehaceres cotidianos nos vendrán una y otra vez, pero si se intenta se consigue. Cuando veamos que nuestra mente divaga y se va detrás de ellas debemos volver a pensar en la respiración.
3.- Repetir un mantra. El mantra son palabras con una sonoridad especial que nos ayudan a dejar en silencio la mente y a meditar profundamente. Cada mantra tiene su significado y se puede elegir el que queramos como "om" (yo soy), “sat, chit, ananda” (existencia, conciencia, gozo), "hindi rama" (alegría) o palabras en castellano como paz, calma o silencio. Cuando se avanza en la técnica de meditación se puede dejar de decir el mantra. Si queréis saber más mantras y sus significados... Ejemplos de mantras.
4.- Concentrarse en un objeto. Si se medita con los ojos abiertos y en posición sentada es interesante tener un objeto en el que concentrarnos a la altura de los ojos, como una vela, una imagen, una flor, un cristal... algo sencillo. Lo miraremos hasta que estemos tan concentrados en él que no veamos otra cosa. Sentiremos una tranquilidad profunda.
5.- Visualizar nuestro lugar ideal. Puede ser real o creado, pero debe ser agradable porque nos servirá de refugio. Puede ser una playa, un campo con flores o hierba, una habitación con chimenea, un jardín zen... Le pondremos olores, sensaciones, sonidos... y se convertirá en nuestro y sólo nuestro. Será único. Pasearemos la mente por él para sentir una calma total y profunda.
6.- Explorar nuestro cuerpo. Cerramos los ojos y repasamos nuestro cuerpo poco a poco. Empezamos por la punta de los dedos del pie, relajando los músculos de esa parte totalmente y liberando tensiones. Una vez relajada iremos viajando, repitiendo el mismo proceso, por todo el cuerpo, yendo hacia arriba, desde los pies, pasando por las pantorrillas, las rodillas, los muslos, los glúteos, la cadera, el abdomen, el pecho, la espalda, los hombros, los brazos, las manos, los dedos, el cuello, el rostro, las orejas hasta la parte superior de la cabeza. No tenemos prisa. Por último, nos detendremos en el cuerpo como un único ente y disfrutaremos de la relajación total que hemos conseguido.
7.- Retomar la respiración. Para terminar nuestra meditación volveremos a centrarnos en nuestra respiración durante algunos minutos. De esta forma concluye nuestra práctica. Como es fácil perder la noción del tiempo os recuerdo que es importante poner una alarma suave para controlarlo.
Hay otros tipos de meditación (chakra del corazón, meditación mientras se camina...), pero suelen ser más avanzadas y se pueden practicar más adelante.
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